Empiezo este post con un fragmento y un vídeo imprescindible.
«Asomada a la ventana, veía cruzar los coches pintarrajeados, atiborrados de hombres y mujeres armados. Unos seres cuyos rostros jamás vio en parte alguna ni supuso que existieran.»
La guerra civil española marcó la vida de Matute: el odio, la muerte, el hambre, la angustia, la pobreza marcaron tanto a la niña como la escritora, y esto se demuestra en sus obras.
Luciérnagas, fue escrita en 1949, pero no se publicó, hasta 1955 bajo el título En esta tierra tras ser revisada y mutilada por la censura franquista. Matute describe en esta novela el dolor y la locura que la guerra provoca en quienes vivieron aquellos años de hambre, de dura pobreza, de violencia y de miedos.
A través de un grupo de jóvenes, la obra narra de forma realista, los sentimientos que vivieron durante la Guerra Civil en la Barcelona del 36. Soledad, la protagonista, pierde a sus seres más queridos durante la guerra y transmite al lector su forma de entender y vivir los acontecimientos que truncaron la vida de un país.
Sol, de Soledad, en los primeros años de guerra pierde a su padre, vive la decadencia económica y sentimental de su familia, la “huida” de su hermano Eduardo, que decide irse de casa, y la depresión de su madre. Ante todas estas circunstancias, una muchacha de 15 años, frágil y delicada, deberá madurar y despojarse de la niña que es. Será en este contexto cuando entre tanta oscuridad brillen unas pequeñas lucecitas que devolverán a nuestra protagonista a la vida. Soledad comprenderá que a pesar del dolor merece la pena vivir la vida.
A través de un grupo de jóvenes, la obra narra de forma realista, los sentimientos que vivieron durante la Guerra Civil en la Barcelona del 36. Soledad, la protagonista, pierde a sus seres más queridos durante la guerra y transmite al lector su forma de entender y vivir los acontecimientos que truncaron la vida de un país.
Sol, de Soledad, en los primeros años de guerra pierde a su padre, vive la decadencia económica y sentimental de su familia, la “huida” de su hermano Eduardo, que decide irse de casa, y la depresión de su madre. Ante todas estas circunstancias, una muchacha de 15 años, frágil y delicada, deberá madurar y despojarse de la niña que es. Será en este contexto cuando entre tanta oscuridad brillen unas pequeñas lucecitas que devolverán a nuestra protagonista a la vida. Soledad comprenderá que a pesar del dolor merece la pena vivir la vida.
